El punto gatillo miofascial (PGM) se define como un nódulo o foco hiperirritable dentro de una banda tensa (conjunto de fibras dentro del músculo con mayor tensión que el resto) del músculo esquelético, que es doloroso a la compresión local y puede provocar dolor referido, disfunción motora y fenómenos autonómicos.
La técnica consiste en una punción del músculo (en la banda tensa situada dentro del PGM) con una aguja estéril de punción con el objetivo de destruir la placa motora, estimular el receptor muscular (huso neuromuscular) disminuyendo de forma inmediata el dolor que tiene el paciente y produciendo una relajación muscular refleja con aumento de la elasticidad muscular. La característica de ser una técnica local con la que llegamos hasta el PGM de forma directa, hace de la misma una de las técnicas más efectivas en el tratamiento de las deficiencias que presentan nuestros pacientes (dolor, limitación de la movilidad,…) relacionadas con problemas musculares.
Una evolución de la punción seca ha sido el desarrollo del concepto de PUNCIÓN SECA ECOGUIADA, donde los fisioterapeutas de MVClinic fueron los primeros en definir unos criterios diagnósticos ecográficos específicos y una determinada técnica de aplicación basándose en dos aspectos muy relevantes para el paciente: seguridad y eficacia clínica (Valera & Minaya, 2016). Como afirman Fermín Valera y Fran Minaya “actualmente, la punción seca de determinados músculos por criterios de seguridad y eficacia debería realizarse siempre de forma ecoguiada (…) para evitar el riesgo de complicaciones cada vez más frecuentes, como es el neumotórax”.
Puedes obtener más información acerca del tratamiento conservador e invasivo de PGM en las páginas web www.istop.org del Instituto para el estudio y tratamiento del dolor (Institute for the Study and Treatment of Pain) y www.dgs.eu.com/en/